Si uno busca en internet puede encontrarse
gran cantidad de información acerca de cómo hacerle para obtener una de estas
becas, he aquí una de ellas: http://manuel.midoriparadise.com/beca/
La mayoría de estas páginas se centran en
cómo se obtiene la beca a través de la embajada de Japón en tu país y rara vez
se escucha la experiencia de alguien que haya obtenido la monbukagakusho por
medio de la recomendación de la universidad (Esta experiencia es solo para la
beca de posgrado). Es aquí donde yo puedo darte mi experiencia y de paso
también compartir la experiencia que tuve al intentar obtener la beca en la
embajada de Japón en México.
Primero empezaré contándoles mi experiencia
fallida y asumiendo que leyeron el post del hipervínculo. Para aplicar a la
beca desde México me hicieron ir hasta el Distrito Federal (D.F.) a escuchar
una plática que francamente ni le veo caso, la plática es dada por María Solís (una persona que la verdad no tiene por qué estar trabajando para la embajada
de Japón en México, más de eso adelante) y te habla sobre la vida de estudiante
en Japón y sobre como llenar los formatos para la beca. La plática dura alrededor de
3 horas y si no asistes a ella simplemente no puedes aplicar; me parece
ridículo que me hicieran gastar en volar hasta el D.F. solo para escuchar
hablar a esta señora que no sabe ni cómo llenar una sección muy específica de
los documentos. Después de la plática en
el D.F. regrese a mi estado y empecé a recolectar la gran cantidad de
documentación que me pedían; al tener toda la documentación, me dirigí a entregarla
a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) más cercana para que ellos la
enviaran al D.F. (que equivocado estaba). Una vez entregada la documentación solo era cuestión de
esperar para que me llamaran y me dijeran cuando me tenía que presentar para
los exámenes.
Dos semanas antes de que se venciera el
plazo para la entrega de documentos, hablé a la SRE en el D.F. para preguntar
si ya tenían mi expediente, ¿cuál creen que fue mi sorpresa? ¡No tenían mi
expediente! Le comenté a la persona con la que estaba hablando por teléfono que
el expediente lo dejé en la oficina de la SRE en mi estado y que ellos me
dijeron que ya se había enviado, ella nuevamente me dijo lo mismo, que no habían
recibido nada. Después del shock y aún con dos semanas antes del cierre de la convocatoria, reuní de nuevo la
documentación y la envié directamente a la oficina de la SRE en el D.F. (Cosa
que debí de haber hecho desde el principio pero que no hice porque María Solís
me dijo que se tenía que enviar la documentación por medio de la oficina de la SRE en mi
estado). Tres días posteriores al shock, llamé para confirmar si esta vez ya
tenían mis documentos, a lo que respondieron positivamente. Ahora solo tenía
que esperar a que me llamaran para ir a presentar los exámenes.
Días más tarde, recibo un correo
electrónico donde se me avisa que he sido pre-seleccionado para presentar los
exámenes de conocimientos en el D.F. cabe aclarar que esto te lo hacen saber con
muy poco de tiempo de anticipación (3 o 4 días antes de la fecha estipulada
para presentar los exámenes). Ya se imaginarán lo que me costó el boleto de
avión, aunque en aquel momento yo pensaba “Bueno, valdrá la pena cuando tenga
la beca” no tenía ni idea de lo que estaba por pasar.
Una vez en el D.F. me presenté en las
oficinas de la SRE en donde se realizarían los exámenes y finalmente pude ver a
la competencia. Me parece que éramos alrededor de ¿40 ó 45? Antes del examen
María Solís dice unas palabras y nos dice que somos buenos solo por el hecho de
estar presentes en esta etapa y que los que no están es porque les falta nivel.
El primer examen que aplicaron fue el de inglés seguido por el de japonés con
un intermedio entre ambos. Hay quienes presentan solo el de inglés y dejan en
blanco el de japonés, yo me quede en ambos. Finalizados los exámenes, se nos
dice que esperemos los resultados para el día siguiente por medio de correo
electrónico y que si pasamos se nos asignará una hora para la entrevista al día
siguiente de haberse dado a conocer los resultados. Todo el resto de ese día
recorrí el zócalo para conocer un poco del D.F. y despejar mi mente; al día
siguiente, me llega el correo electrónico en donde se me avisa que pasé los
exámenes y que mi hora para la entrevista es tal. Sabiendo que mi sueño estaba
cada vez más cerca y prácticamente en el bolsillo, decidí practicar preguntas
comunes que podrían hacerme y en explicar de manera concreta mi plan de
investigación.
Finalmente llegó el día de la entrevista,
ese día me levanté temprano, desayune en el hotel y me dirigí a las oficinas de
la SRE. Al llegar a las oficinas pude conocer a otros aspirantes, la mayoría de
ellos eran del área de arte y ciencias sociales. Solo dos éramos del área de
ingeniería, el resto de nuestra área tendría la entrevista al día siguiente.
Tras esperar y esperar finalmente llegó mi turno, entré a la sala, saludé a mis
entrevistadores y me presente. El primero en hacerme preguntas fue el experto,
el me hizo las clásicas preguntas sobre ¿De qué trata tu investigación? ¿Cómo
se beneficia México y Japón? Luego siguió la encargada de la SRE, ella me hizo
preguntas acerca de ¿Cómo es mi adaptabilidad?, si tenía pensado volver a
México al término de la beca y que si para quien trabajaba. Después de ella siguió
la persona de nacionalidad Japonesa, esta persona me hizo preguntas como: ¿Qué
piensas de Japón? ¿Cuáles son las diferencias que viste entre el campo Japonés
y la ciudad en cuanto al trato de personas? (Yo con anterioridad ya había
estado en Japón, al graduarme de preparatoria estuve un año en un intercambio
cultural en lo que se podría decir es el campo Japonés y después durante mis
años de universidad estuve en la ciudad de Tokyo en la universidad de Sofía
durante 6 meses), finalmente me pidió que me presentase en Japonés. Ahora solo
me faltaba responder las preguntas de una persona más, esa persona era María
Solís. Ella inició preguntándome ¿Volverías a aplicar para la beca si no se te
otorga? A lo que yo respondí “No, yo he venido por todo”, la verdad es la única
pregunta que recuerdo de ella, el resto ha sido borrado de mi memoria.
Al terminar la entrevista, me preguntaron
que si tenía alguna pregunta para ellos, a lo que dije “Sí” y les pregunté
“¿Qué es lo que ustedes buscan en los aspirantes para esta beca?” Tres de los
entrevistadores dieron una respuesta, la cuarta, María Solís, no; ella solo me
dijo mañana habla a tal hora y te avisamos de tu resultado. Sintiéndome con
confianza en que había realizado un buen trabajo y en que mi perfil era excelente,
salí de la habitación, me despedí de mi competencia y me fui a comer. En
aquellos momentos realmente pensaba que ya tenía la beca en mis manos, el que
no me la dieran sería inaceptable, sobre todo dado mi perfil académico (Me
gradué de Ingeniero Mecánico Electricista del Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey con mención honorifica), mis
experiencias previas viviendo en Japón, los resultados obtenidos en los examenes y el detalle de que ya había sido
aceptado con anterioridad en la Universidad de Keio pero que debido a
problemas financieros no pude asistir (esto me motivo a aplicar a esta beca) me hacían un gran candidato.
Finalmente llegó el día en que sabría el
resultado, con muchos nervios tome mi celular y marqué el número de la
embajada, inmediatamente me contesta ya saben quién, María Solís, le digo
“Buenos días, soy “x” habló para saber mi resultado”, ella me dice “Espere un
momento”, tras la pausa ella me dice “No, lo siento no has sido seleccionado”
Al escuchar eso sentí un gran vacío en el estómago y después contesté “¿No…?
¿Me podría decir por qué?”, ella me dice “Venga por sus documentos y hablamos
al respecto”. Inmediatamente salí de mi habitación en el hotel y pedí un taxi
con rumbo a las oficinas en donde tenían mis documentos, seguía sin creer lo que acababa de suceder y me repetía continuamente a mi mismo que cuando llegara me dirían que todo había sido un mal entendido. Al llegar ahí, pude ver
a uno de los “afortunados” y a uno que otro desafortunado como yo. Recuerdo
bien el rostro de decepción de una señora que vino a recoger los documentos de
su hija, supongo la hija estaba muy deprimida como para ir a recogerlos en
persona. Esperé un rato y apareció María Solís, me dijo que esperara y que en
un momento traería mis documentos, pasaron 15 largos minutos en los que tuve
que estar en la misma habitación que alguien al que sí le habían nominado para la
beca. Esta persona seguramente quería presentarse conmigo pensando que yo había
sido igual de afortunado que él, lo ignoré y seguí esperando.
Al llegar María, ella me muestra una tabla
de Excel en dónde aparecen los nombres de las personas y en qué orden quedaron
después de tomar en cuenta los exámenes y la entrevista, busqué mi nombre y me
encontraba en el ante penúltimo lugar 27/29. No lograba comprender como es que
después de haber tenido el cuarto mejor puntaje en japonés y un resultado que
me empataba en los primeros 10 lugares en el examen de inglés había terminado
tan abajo. Le dije “Creo que ustedes cometieron un error” y ella me dijo
“Nosotros no cometemos errores, usted está siendo demasiado soberbio”, le dije que la única manera en que podría haber caído tantos lugares era si había
tenido una entrevista abismal. Ella me dijo que mi investigación no había
sido del agrado del experto a pesar de que después de la entrevista el experto me
dijo que le daba el visto bueno a la investigación, luego me salió con el
cuento de que trabajaba para la empresa familiar y que por ese hecho mi
experiencia laboral no valía lo mismo que alguien que trabaja para otros y que
si esperaba un año la situación sería mejor; claro voy a volver a gastar cerca
de 12000 pesos para que el próximo año me vuelva a decir que mi experiencia
laboral de dos años no vale. Pero la gota que derramó el vaso fue cuando le
comenté que yo ya había entrado a una universidad Japonesa pero que por razones
económicas no pude ingresar, a esto ella respondió “Es muy fácil entrar a una
Universidad Japonesa” fue ahí donde comprendí que esta persona no tenía ni idea
de lo que hacía y decidí tomar mis documentos para irme. Antes de dármelos me
dice, “Aplica el próximo año aún estas joven, tienes que ¿23 años?, a eso le
respondí “tengo 25 y cumpliré 26 este año” (aparentemente ni se tomó la
sutileza de revisar bien mi expediente y checar mi edad). Tomé los documentos y
ella todavía me dice “Sin rencores”, ¿para qué decirme algo así? La única
opción razonable que pude pensar es que ella selecciona quienes se van y
quienes se quedan, con ¼ del voto en la entrevista es suficiente para
monopolizar las decisiones de quien se va y quien se queda.
La verdad es que nunca me cayó bien María Solís, incluso llegamos a tener nuestras diferencias respecto a cómo se llenaba una parte muy específica de los documentos, en una de las formas hay una sección que dice: Study program in Japan: (Describe this in detail and concretely—particularly about the ultimate goal of your research in Japan) según ella, aquí se deben de poner las materias que uno piensa tomar en la universidad en Japón, pero la realidad es que ese punto nos pide que desglosemos como le haremos nosotros para llevar a cabo nuestra investigación. Le hice el comentario, no le gustó y me dijo que cambiara lo que había puesto en esa parte de la aplicación; yo le dije que eso no es lo que se pide y muy rápidamente me contestó “Bueno hazle como quieras” a lo que respondí “Ok lo voy a dejar como yo creo que es” y dimos por finalizada la llamada telefónica.
La verdad es que nunca me cayó bien María Solís, incluso llegamos a tener nuestras diferencias respecto a cómo se llenaba una parte muy específica de los documentos, en una de las formas hay una sección que dice: Study program in Japan: (Describe this in detail and concretely—particularly about the ultimate goal of your research in Japan) según ella, aquí se deben de poner las materias que uno piensa tomar en la universidad en Japón, pero la realidad es que ese punto nos pide que desglosemos como le haremos nosotros para llevar a cabo nuestra investigación. Le hice el comentario, no le gustó y me dijo que cambiara lo que había puesto en esa parte de la aplicación; yo le dije que eso no es lo que se pide y muy rápidamente me contestó “Bueno hazle como quieras” a lo que respondí “Ok lo voy a dejar como yo creo que es” y dimos por finalizada la llamada telefónica.
En un sistema de becas en donde una persona
está presente de principio a fin en el proceso, se pierde todo tipo de
objetividad, María Solís es juez y verdugo. Aparentemente es ella quien decide
quien se va y quien se queda. Después de mi experiencia aplicando para esta
beca quedé muy decepcionado de la forma en que se manejan las becas en México y
decidí no volver a aplicar en mi país, decidí ir más allá, a un lugar en donde
las cosas serían justas. Es así como decidí aplicar de nuevo a la universidad
de Keio; la primera vez que apliqué no se me nominó para una beca
Monbukagakusho debido a que no apliqué en el periodo correcto. Para poder
concursar por una de estas becas debes de aplicar en un periodo especifico de
lo contrario quedas automáticamente fuera. Lo bueno o malo, es que para saber en
qué periodo debes de aplicar para ser considerado, debes de preguntar a la
universidad a la que quieres entrar, ellos te informaran al respecto.
Nuevamente, junté todos los documentos que
la universidad me pedía, pagué la cuota del examen de admisión y espere a que
me asignaran la fecha para la entrevista y el examen (Claro, esto sucede si es
que pasas el primer filtro y quedas seleccionado para presentar el examen y la
entrevista). Tanto la entrevista como el examen se hacen desde tu casa por internet,
así que no tienes que gastar en repetidos y costosos viajes al D.F.
Finalmente, llegó el día del examen y la
entrevista, no estaba nervioso puesto que ya había presentado con anterioridad
un examen y entrevista de esta universidad, así que solo me dediqué a hacer lo
mío. Tras el examen, llegó el periodo de espera para saber si había logrado
entrar de nuevo a la universidad, afortunadamente logré ser admitido otra vez. Al saber
que había logrado entrar, envié un correo preguntando sobre las opciones de
becas y me dijeron que me avisarían si es que me pre-seleccionaban para una
beca por ahí de febrero de 2013 (estábamos apenas en Octubre de 2012), espere y
espere y por fin llegó febrero y en el día menos esperado recibí un correo en
dónde me avisaban que fui pre-seleccionado para concursar por una beca
Monbukagakusho y preguntando si deseaba participar. Envié un correo diciendo que sí y me
pidieron que juntara una serie de papeles y se los enviara, afortunadamente, por haber aplicado en
México ya tenía prácticamente todos los papeles. Tras recibir el anuncio solo, tuve que sacar el folder
donde tenía mis papeles, remover unos cuantos documentos que no requerían y
enviarlo por correo. Cuando la universidad recibió los papeles me notificó y me
hicieron saber que para mediados de febrero me dirían si había sido seleccionado
para que la universidad me nomine para una beca Monbukagakusho o si había
fallado.
A mediados de Febrero recibí otro correo
por parte de la universidad en donde me hacían saber que fui seleccionado para
ser recomendado por ellos ante MEXT, el organismo que se encarga de asignar las
becas Monbukagakusho. Esta vez tendría que esperar 3 meses para saber la
decisión final sobre si me asignarían la beca o si tendría que buscarle por
otro lado. Durante esos 3 meses, intente no pensar en la beca para mantener mi
nivel de ansiedad bajo lo cual se tornó más difícil en Mayo, cuando en
cualquier momento me avisarían de mi destino. Fue un 15 de Mayo de 2013 cerca
de las 9:00 pm cuando recibí la notificación final sobre mi destino, ¡había
sido asignado una beca Monbukagakusho! La misma beca que mi país me negó (en
sentido figurado) me la estaban dando los japoneses, sentí que todo había
vuelto a su lugar. Esto me daba la oportunidad de decirle a María Solís que
había cometido un error y que lo que dije no fue por soberbia. Competí por
entrar a una de las mejores universidades de Japón y lo logré, después competí
por ser pre-seleccionado para la beca y lo logré, competí por ganar la
nominación de la universidad y lo logré y finalmente competí por ganar la
aprobación de MEXT y lo logré, todo esto en un entorno de competencia
internacional. Entonces, ¿cómo es posible que en México no haya podido obtener la beca? La respuesta se
las dejo a su juicio.
Lo que si les puedo decir es que si ustedes
son realmente buenos y viven en México no apliquen a través de la embajada,
esto solo les traerá desgracia en la mayoría de los casos. Apliquen directo a
la universidad a la que desean entrar e infórmense sobre el procedimiento a
seguir para las becas dadas por MEXT.
Las ventajas de hacerlo así son varias:
Primero, no tienen que esperar a que MEXT
los asigne a la universidad que eligieron como primera opción puesto que
ustedes ya están con un pie adentro de la universidad a la que quieren asistir.
Segundo, como ya fueron aceptados por la
universidad ya tienen asegurado que obtendrán un título al finalizar sus
estudios. Los estudiantes nominados por la embajada van en calidad de
estudiantes de investigación, por lo que no obtienen créditos por las materias
cursadas y si desean entrar como alumnos regulares, tienen que pasar el examen
de admisión, cosa que ustedes ya tendrían hecho.
Tercero, no gastarán grandes cantidades de
dinero en viajes al D.F. sin saber si obtendrán la beca o no. Al final del proceso
tendrán que ir al D.F. a tramitar su visa para Japón, pero al menos ya saben
que se van porque se van y no estarán en la incertidumbre.
Esta ha sido mi experiencia y espero les
sirva a ustedes para que sean decididos y se animen a intentar obtener la beca
a través de la nominación de la universidad. Recuerden “el que es buen gallo,
en cualquier gallinero canta”.
Por último, les dejo un link sobre un e-book
que puede ser de mucha ayuda para aquellos que quieren preparar su plan de
investigación. http://www.graduateinjapan.com/ y otro blog que me parece muy interesante
sobre la vida en Japón: http://www.freaksquirrel.net/