Monday, May 20, 2013

Las Dos Caras de la Moneda, Beca Monbukagakusho

Atención: Ésta es mi experiencia y mi opinión sobre lo ocurrido en mi proceso, así como hay opiniones negativas también las hay positivas sobre la selección de los becados por parte de la embajada.

Si uno busca en internet puede encontrarse gran cantidad de información acerca de cómo hacerle para obtener una de estas becas, he aquí una de ellas: http://manuel.midoriparadise.com/beca/
 
La mayoría de estas páginas se centran en cómo se obtiene la beca a través de la embajada de Japón en tu país y rara vez se escucha la experiencia de alguien que haya obtenido la monbukagakusho por medio de la recomendación de la universidad (Esta experiencia es solo para la beca de posgrado). Es aquí donde yo puedo darte mi experiencia y de paso también compartir la experiencia que tuve al intentar obtener la beca en la embajada de Japón en México.

Primero empezaré contándoles mi experiencia fallida y asumiendo que leyeron el post del hipervínculo. Para aplicar a la beca desde México me hicieron ir hasta el Distrito Federal (D.F.) a escuchar una plática que francamente ni le veo caso, la plática es dada por María Solís (una persona que la verdad no tiene por qué estar trabajando para la embajada de Japón en México, más de eso adelante) y te habla sobre la vida de estudiante en Japón y sobre como llenar los formatos para la beca. La plática dura alrededor de 3 horas y si no asistes a ella simplemente no puedes aplicar; me parece ridículo que me hicieran gastar en volar hasta el D.F. solo para escuchar hablar a esta señora que no sabe ni cómo llenar una sección muy específica de los documentos. Después de  la plática en el D.F. regrese a mi estado y empecé a recolectar la gran cantidad de documentación que me pedían; al tener toda la documentación, me dirigí a entregarla a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) más cercana para que ellos la enviaran al D.F. (que equivocado estaba). Una vez entregada la documentación solo era cuestión de esperar para que me llamaran y me dijeran cuando me tenía que presentar para los exámenes.

Dos semanas antes de que se venciera el plazo para la entrega de documentos, hablé a la SRE en el D.F. para preguntar si ya tenían mi expediente, ¿cuál creen que fue mi sorpresa? ¡No tenían mi expediente! Le comenté a la persona con la que estaba hablando por teléfono que el expediente lo dejé en la oficina de la SRE en mi estado y que ellos me dijeron que ya se había enviado, ella nuevamente me dijo lo mismo, que no habían recibido nada. Después del shock y aún con dos semanas antes del cierre de la convocatoria,  reuní de nuevo la documentación y la envié directamente a la oficina de la SRE en el D.F. (Cosa que debí de haber hecho desde el principio pero que no hice porque María Solís me dijo que se tenía que enviar la documentación por medio de la oficina de la SRE en mi estado). Tres días posteriores al shock, llamé para confirmar si esta vez ya tenían mis documentos, a lo que respondieron positivamente. Ahora solo tenía que esperar a que me llamaran para ir a presentar los exámenes.

Días más tarde, recibo un correo electrónico donde se me avisa que he sido pre-seleccionado para presentar los exámenes de conocimientos en el D.F. cabe aclarar que esto te lo hacen saber con muy poco de tiempo de anticipación (3 o 4 días antes de la fecha estipulada para presentar los exámenes). Ya se imaginarán lo que me costó el boleto de avión, aunque en aquel momento yo pensaba “Bueno, valdrá la pena cuando tenga la beca” no tenía ni idea de lo que estaba por pasar.

Una vez en el D.F. me presenté en las oficinas de la SRE en donde se realizarían los exámenes y finalmente pude ver a la competencia. Me parece que éramos alrededor de ¿40 ó 45? Antes del examen María Solís dice unas palabras y nos dice que somos buenos solo por el hecho de estar presentes en esta etapa y que los que no están es porque les falta nivel. El primer examen que aplicaron fue el de inglés seguido por el de japonés con un intermedio entre ambos. Hay quienes presentan solo el de inglés y dejan en blanco el de japonés, yo me quede en ambos. Finalizados los exámenes, se nos dice que esperemos los resultados para el día siguiente por medio de correo electrónico y que si pasamos se nos asignará una hora para la entrevista al día siguiente de haberse dado a conocer los resultados. Todo el resto de ese día recorrí el zócalo para conocer un poco del D.F. y despejar mi mente; al día siguiente, me llega el correo electrónico en donde se me avisa que pasé los exámenes y que mi hora para la entrevista es tal. Sabiendo que mi sueño estaba cada vez más cerca y prácticamente en el bolsillo, decidí practicar preguntas comunes que podrían hacerme y en explicar de manera concreta mi plan de investigación.

Finalmente llegó el día de la entrevista, ese día me levanté temprano, desayune en el hotel y me dirigí a las oficinas de la SRE. Al llegar a las oficinas pude conocer a otros aspirantes, la mayoría de ellos eran del área de arte y ciencias sociales. Solo dos éramos del área de ingeniería, el resto de nuestra área tendría la entrevista al día siguiente. Tras esperar y esperar finalmente llegó mi turno, entré a la sala, saludé a mis entrevistadores y me presente. El primero en hacerme preguntas fue el experto, el me hizo las clásicas preguntas sobre ¿De qué trata tu investigación? ¿Cómo se beneficia México y Japón? Luego siguió la encargada de la SRE, ella me hizo preguntas acerca de ¿Cómo es mi adaptabilidad?, si tenía pensado volver a México al término de la beca y que si para quien trabajaba. Después de ella siguió la persona de nacionalidad Japonesa, esta persona me hizo preguntas como: ¿Qué piensas de Japón? ¿Cuáles son las diferencias que viste entre el campo Japonés y la ciudad en cuanto al trato de personas? (Yo con anterioridad ya había estado en Japón, al graduarme de preparatoria estuve un año en un intercambio cultural en lo que se podría decir es el campo Japonés y después durante mis años de universidad estuve en la ciudad de Tokyo en la universidad de Sofía durante 6 meses), finalmente me pidió que me presentase en Japonés. Ahora solo me faltaba responder las preguntas de una persona más, esa persona era María Solís. Ella inició preguntándome ¿Volverías a aplicar para la beca si no se te otorga? A lo que yo respondí “No, yo he venido por todo”, la verdad es la única pregunta que recuerdo de ella, el resto ha sido borrado de mi memoria.

Al terminar la entrevista, me preguntaron que si tenía alguna pregunta para ellos, a lo que dije “Sí” y les pregunté “¿Qué es lo que ustedes buscan en los aspirantes para esta beca?” Tres de los entrevistadores dieron una respuesta, la cuarta, María Solís, no; ella solo me dijo mañana habla a tal hora y te avisamos de tu resultado. Sintiéndome con confianza en que había realizado un buen trabajo y en que mi perfil era excelente, salí de la habitación, me despedí de mi competencia y me fui a comer. En aquellos momentos realmente pensaba que ya tenía la beca en mis manos, el que no me la dieran sería inaceptable, sobre todo dado mi perfil académico (Me gradué de Ingeniero Mecánico Electricista del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey con mención honorifica), mis experiencias previas viviendo en Japón, los resultados obtenidos en los examenes y el detalle de que ya había sido aceptado con anterioridad en la Universidad de Keio pero que debido a problemas financieros no pude asistir (esto me motivo a aplicar a esta beca) me hacían un gran candidato.

Finalmente llegó el día en que sabría el resultado, con muchos nervios tome mi celular y marqué el número de la embajada, inmediatamente me contesta ya saben quién, María Solís, le digo “Buenos días, soy “x” habló para saber mi resultado”, ella me dice “Espere un momento”, tras la pausa ella me dice “No, lo siento no has sido seleccionado” Al escuchar eso sentí un gran vacío en el estómago y después contesté “¿No…? ¿Me podría decir por qué?”, ella me dice “Venga por sus documentos y hablamos al respecto”. Inmediatamente salí de mi habitación en el hotel y pedí un taxi con rumbo a las oficinas en donde tenían mis documentos, seguía sin creer lo que acababa de suceder y me repetía continuamente a mi mismo que cuando llegara me dirían que todo había sido un mal entendido. Al llegar ahí, pude ver a uno de los “afortunados” y a uno que otro desafortunado como yo. Recuerdo bien el rostro de decepción de una señora que vino a recoger los documentos de su hija, supongo la hija estaba muy deprimida como para ir a recogerlos en persona. Esperé un rato y apareció María Solís, me dijo que esperara y que en un momento traería mis documentos, pasaron 15 largos minutos en los que tuve que estar en la misma habitación que alguien al que sí le habían nominado para la beca. Esta persona seguramente quería presentarse conmigo pensando que yo había sido igual de afortunado que él, lo ignoré y seguí esperando. 

Al llegar María, ella me muestra una tabla de Excel en dónde aparecen los nombres de las personas y en qué orden quedaron después de tomar en cuenta los exámenes y la entrevista, busqué mi nombre y me encontraba en el ante penúltimo lugar 27/29. No lograba comprender como es que después de haber tenido el cuarto mejor puntaje en japonés y un resultado que me empataba en los primeros 10 lugares en el examen de inglés había terminado tan abajo. Le dije “Creo que ustedes cometieron un error” y ella me dijo “Nosotros no cometemos errores, usted está siendo demasiado soberbio”, le dije que la única manera en que podría haber caído tantos lugares era si había tenido una entrevista abismal. Ella me dijo que mi investigación no había sido del agrado del experto a pesar de que después de la entrevista el experto me dijo que le daba el visto bueno a la investigación, luego me salió con el cuento de que trabajaba para la empresa familiar y que por ese hecho mi experiencia laboral no valía lo mismo que alguien que trabaja para otros y que si esperaba un año la situación sería mejor; claro voy a volver a gastar cerca de 12000 pesos para que el próximo año me vuelva a decir que mi experiencia laboral de dos años no vale. Pero la gota que derramó el vaso fue cuando le comenté que yo ya había entrado a una universidad Japonesa pero que por razones económicas no pude ingresar, a esto ella respondió “Es muy fácil entrar a una Universidad Japonesa” fue ahí donde comprendí que esta persona no tenía ni idea de lo que hacía y decidí tomar mis documentos para irme. Antes de dármelos me dice, “Aplica el próximo año aún estas joven, tienes que ¿23 años?, a eso le respondí “tengo 25 y cumpliré 26 este año” (aparentemente ni se tomó la sutileza de revisar bien mi expediente y checar mi edad). Tomé los documentos y ella todavía me dice “Sin rencores”, ¿para qué decirme algo así? La única opción razonable que pude pensar es que ella selecciona quienes se van y quienes se quedan, con ¼ del voto en la entrevista es suficiente para monopolizar las decisiones de quien se va y quien se queda. 

La verdad es que nunca me cayó bien María Solís, incluso llegamos a tener nuestras diferencias respecto a cómo se llenaba una parte muy específica de los documentos, en una de las formas hay una sección que dice: Study program in Japan: (Describe this in detail and concretely—particularly about the ultimate goal of your research in Japan) según ella, aquí se deben de poner las materias que uno piensa tomar en la universidad en Japón, pero la realidad es que ese punto nos pide que desglosemos como le haremos nosotros para llevar a cabo nuestra investigación. Le hice el comentario, no le gustó y me dijo que cambiara lo que había puesto en esa parte de la aplicación; yo le dije que eso no es lo que se pide y muy rápidamente me contestó “Bueno hazle como quieras” a lo que respondí “Ok lo voy a dejar como yo creo que es” y dimos por finalizada la llamada telefónica.

En un sistema de becas en donde una persona está presente de principio a fin en el proceso, se pierde todo tipo de objetividad, María Solís es juez y verdugo. Aparentemente es ella quien decide quien se va y quien se queda. Después de mi experiencia aplicando para esta beca quedé muy decepcionado de la forma en que se manejan las becas en México y decidí no volver a aplicar en mi país, decidí ir más allá, a un lugar en donde las cosas serían justas. Es así como decidí aplicar de nuevo a la universidad de Keio; la primera vez que apliqué no se me nominó para una beca Monbukagakusho debido a que no apliqué en el periodo correcto. Para poder concursar por una de estas becas debes de aplicar en un periodo especifico de lo contrario quedas automáticamente fuera. Lo bueno o malo, es que para saber en qué periodo debes de aplicar para ser considerado, debes de preguntar a la universidad a la que quieres entrar, ellos te informaran al respecto.

Nuevamente, junté todos los documentos que la universidad me pedía, pagué la cuota del examen de admisión y espere a que me asignaran la fecha para la entrevista y el examen (Claro, esto sucede si es que pasas el primer filtro y quedas seleccionado para presentar el examen y la entrevista). Tanto la entrevista como el examen se hacen desde tu casa por internet, así que no tienes que gastar en repetidos y costosos viajes al D.F. 

Finalmente, llegó el día del examen y la entrevista, no estaba nervioso puesto que ya había presentado con anterioridad un examen y entrevista de esta universidad, así que solo me dediqué a hacer lo mío. Tras el examen, llegó el periodo de espera para saber si había logrado entrar de nuevo a la universidad, afortunadamente logré ser admitido otra vez. Al saber que había logrado entrar, envié un correo preguntando sobre las opciones de becas y me dijeron que me avisarían si es que me pre-seleccionaban para una beca por ahí de febrero de 2013 (estábamos apenas en Octubre de 2012), espere y espere y por fin llegó febrero y en el día menos esperado recibí un correo en dónde me avisaban que fui pre-seleccionado para concursar por una beca Monbukagakusho y preguntando si deseaba participar. Envié un correo diciendo que sí y me pidieron que juntara una serie de papeles y se los enviara, afortunadamente, por haber aplicado en México ya tenía prácticamente todos los papeles. Tras recibir el anuncio solo, tuve que sacar el folder donde tenía mis papeles, remover unos cuantos documentos que no requerían y enviarlo por correo. Cuando la universidad recibió los papeles me notificó y me hicieron saber que para mediados de febrero me dirían si había sido seleccionado para que la universidad me nomine para una beca Monbukagakusho o si había fallado.

A mediados de Febrero recibí otro correo por parte de la universidad en donde me hacían saber que fui seleccionado para ser recomendado por ellos ante MEXT, el organismo que se encarga de asignar las becas Monbukagakusho. Esta vez tendría que esperar 3 meses para saber la decisión final sobre si me asignarían la beca o si tendría que buscarle por otro lado. Durante esos 3 meses, intente no pensar en la beca para mantener mi nivel de ansiedad bajo lo cual se tornó más difícil en Mayo, cuando en cualquier momento me avisarían de mi destino. Fue un 15 de Mayo de 2013 cerca de las 9:00 pm cuando recibí la notificación final sobre mi destino, ¡había sido asignado una beca Monbukagakusho! La misma beca que mi país me negó (en sentido figurado) me la estaban dando los japoneses, sentí que todo había vuelto a su lugar. Esto me daba la oportunidad de decirle a María Solís que había cometido un error y que lo que dije no fue por soberbia. Competí por entrar a una de las mejores universidades de Japón y lo logré, después competí por ser pre-seleccionado para la beca y lo logré, competí por ganar la nominación de la universidad y lo logré y finalmente competí por ganar la aprobación de MEXT y lo logré, todo esto en un entorno de competencia internacional. Entonces, ¿cómo es posible que en México no haya podido obtener la beca? La respuesta se las dejo a su juicio.

Lo que si les puedo decir es que si ustedes son realmente buenos y viven en México no apliquen a través de la embajada, esto solo les traerá desgracia en la mayoría de los casos. Apliquen directo a la universidad a la que desean entrar e infórmense sobre el procedimiento a seguir para las becas dadas por MEXT. 

Las ventajas de hacerlo así son varias: 

Primero, no tienen que esperar a que MEXT los asigne a la universidad que eligieron como primera opción puesto que ustedes ya están con un pie adentro de la universidad a la que quieren asistir.

Segundo, como ya fueron aceptados por la universidad ya tienen asegurado que obtendrán un título al finalizar sus estudios. Los estudiantes nominados por la embajada van en calidad de estudiantes de investigación, por lo que no obtienen créditos por las materias cursadas y si desean entrar como alumnos regulares, tienen que pasar el examen de admisión, cosa que ustedes ya tendrían hecho.

Tercero, no gastarán grandes cantidades de dinero en viajes al D.F. sin saber si obtendrán la beca o no. Al final del proceso tendrán que ir al D.F. a tramitar su visa para Japón, pero al menos ya saben que se van porque se van y no estarán en la incertidumbre.

Esta ha sido mi experiencia y espero les sirva a ustedes para que sean decididos y se animen a intentar obtener la beca a través de la nominación de la universidad. Recuerden “el que es buen gallo, en cualquier gallinero canta”.

Por último, les dejo un link sobre un e-book que puede ser de mucha ayuda para aquellos que quieren preparar su plan de investigación. http://www.graduateinjapan.com/ y otro blog que me parece muy interesante sobre la vida en Japón: http://www.freaksquirrel.net/